BARDEM, EL DIRIGIDO

Javier Bardem es uno de esos tipos raros y no sólo por sus rasgos faciales que mezclados con su perpetuamente resfriada voz le hace parecer un boxeador sonado. Bardem es uno de los artistas que supuestamente abanderan a España aunque yo preferiría que se representara a si mismo. Nominado a numerosos premios por su interpretativa fílmica en los Estados Unidos y renegado de ese país al que sorprendentemente acude cada año a llenarse el ego y la cuenta corriente.
Javier es de los que prefiere encarcelar a Aznar, elegido dos veces y libremente por sus compatriotas a discrepar de Fidel, al que admira por -pienso yo- postrase en el poder tras un golpe militar. Fidel no le da películas pero le dirige en sus opiniones las cuales suelta siempre que puede intentando aparentar ser un filósofo cuando en todo caso es una aparentemente sonado que se va a las Cortes a tocar el tambor y en primera fila –siempre que esté la televisión grabando- contra Aznar, su ogro particular.
Por eso la profesión de ‘Javierito el indolente’ no es casual. No deja de ser un actor –mejor o peor- que es dirigido. Le escriben los papeles, le marcan los gestos y le dictan las pausas. Más o menos como le hace Fidel, su héroe en chándal.
Sospecho que Bardem no tendrá los huevos –se los debió dejar en el rodaje del gran éxito ‘Huevos de Oro’- de si recoge el premio capitalista americano conceder una filigrana a Fidel en territorio enemigo. Eso si tendría mérito con sus ideales dirigidos y dictatoriales.
Pero claro, aún recuerdo cuando tras tocar el tambor como un ultra de Osasuna ante el Congreso de los Diputados fue incapaz de recordar a los cientos –o miles- de compatriotas –humanos a fin de cuentas- oprimidos, perseguidos y asesinados del País Vasco. Aquella noche recogió la Concha de oro en San Sebastián y le dedicó el premio a su familia, a tantos kilómetros y sin guardaespaldas. Lástima de oportunidad perdida. Espero que ahora si se acuerde de su director diario y ante los malísimos americanos que le premian y le dan dinero conceda honores a Fidel. ¿A qué no hay huevos?