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vivajapon

ESPAÑA O LA MANADA DE SUBNORMALES

Ayer jugaron la final de la Copa del Rey Athletic y Barça. Ganaron los blaugranas aunque la noticia estuvo para muchos en la gran pitada de ambas aficiones al himno de España.
España es un país de subnormales. Algunos, con dos pisos y tarjeta de crédito, se creen los reyes del mambo aunque partan las nueces con los dientes; otros, espabiladitos licenciados, te miran por encima de la barbilla si son capaces de articular tres palabras consecutivas sin tartamudear y sin tomar una bocanada de aire.
Desconozco adónde está la noticia de que seguidores futbolísticos vascos y catalanes –otra cosa hubiera sido con seguidores de literatura clásica de ambas comunidades- piten y griten durante la emisión del himno de España. Era lo esperado. Lo raro es que no hubieran tirado al césped un cochinillo sin cabeza o un reloj de pared.
España, a la cabeza de fracaso escolar europeo, ha conseguido aborregar a un par de generaciones de humanos. Lo estupendo del caso es que aquí sí que todos somos iguales, o sea, ninguno tiene diferenciaciones territoriales. Es lo mismo un berraco de Ávila que de Cerdanyola; como es igual un retrasado con pantalones de marca de Logroño que del barrio de Fuencarral.
España, país sin identidad que ahora tiene decenas de naciones internas, crea idénticas personalidades donde resaltan la vagueza, chulería, subnormalidad e incultura. Curioso. La unidad nacional hoy nace en la mierda de gentuza que estamos hechos: todos con el mismo hedor y cara de pánfilo.
La demostración palpable es ver como aborregados que portan banderas y gritan al borde del infarto se parten la garganta por insultar al himno español. Gran valor el de estos jóvenes. Y no tan jóvenes. Lo curioso del caso es que los que llevan décadas incendiando la mecha del odio son los primeros que posan ante la bandera española, se levantan ante el himno e incluso celebraron –en la intimidad- el gol de Torres. Desde Carod a Ibarretxe pasando por Artur Mas y demás subvencionados con coche oficial del estado que cuando rinden visita al Rey o van a La Moncloa a perder el tiempo se dedican a posar bajo la rojigualda y ha realizar memas preguntas entre la banda sonora de los flashes de los fotógrafos. A ver para cuándo un desplante de los políticos nacionalistas –sería un golpe de efecto- a la investidura de un presidente de la nación. O a ver si de una vez por todas se plantan –los que lo deseen- a jugar con las selecciones nacionales o mismamente, a disputar esta Copa del Rey. Sé que hay sanciones, pero si todos los futbolistas vascos y catalanes se decidieran a ponerse en huelga algo sacarían. Es lo que llevan haciendo desde hace tiempo: quejarse, chantajear, plantarse y amenazar, para después sacar más crema del bollo. Tanta libertad y tantas pajas y Laporta dando la mano al Rey y levantándose con los acordes del himno; por no decir la multitud de posados de los libertarios y los Reyes ante los medios de comunicación. Libertad señores. Y la Copa -la del Rey- a recogerla con guantes, que contamina.
Hasta donde han llegado nuestros políticos que han conseguido que el pueblo haga lo que ellos dicen pero nunca hacen. Lo dicho, en un mes saldrá alguno de estos jugando a los gobiernos con ZP en la Moncloa, bajo la enseña nacional, la cual no apartara ni ocultará. Libertarios de mierda.
Eso sí, el colmo de nuestra pobreza fue ver a TVE censurar primero y manipular después la pitada del Himno. Que si llegan a ser los del PP tiene que dimitir el director del ente público, el Ministro de tal y hasta tendría que haber comparecido el Presidente en el congreso.
Vaya país. ¿Para qué ocultar una pitada al himno si cada día y en la vida pública se pisotean los intereses generales de España?
Otra unanimidad: campeones del yonquismo. Da igual que seas de Baracaldo que de Mataró, que hayas nacido en Soria o veranees en Huelva. La droga nos une. Y eso que ni tiene bandera.
Antes fachas y rojos. Ahora, fachas, rojos y nacionalistas. ¿Para cuándo un gremio que haga el bien? Por cierto, lo acojonante sería ahora poner de moda el pitar al himno. Ya me imagino a gentes en sus casas poniendo el cd de la casa real y pitando a todo meter, suegra y yerno incluido. ¡Yuju! O al pincha discos poniendo a las siete de la mañana el himno de los cojones. Sería lo más.

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