Blogia
vivajapon

Cataluña o la gran boina enroscada

MARÍA TERESA-JOSÉ LUIS O AL UNIDAD NACIONAL

Tras la renuncia de José Luis Rodríguez Zapatero a su segunda candidatura a Presidente del Gobierno –decidió dejar la política para cumplir uno de sus sueños: ser vendedor de automóviles Seat en León- el congreso del PSOE buscaba a la desesperada a un candidato que ofreciera cuanto menos garantías de victoria y de continuismo político. Se barajaron diversos aspirantes que fueron descartados por diversas razones y se llegó a la conclusión de que había llegado la hora de nombrar a una mujer para terminar de cerrar el círculo de la modernidad socialista que ya había casado a los homosexuales y que con este paso daría el golpe de mano definitivo para la imagen exterior de España dañada con tanto enfrentamiento regional interno.
Carme Chacón no fue elegida por su juventud y falta de tablas; Trinidad Jiménez llevaba el rédito de las dos derrotas en Madrid; y al final el congreso socialista nombró por unanimidad a Mª Teresa Fernández De la Vega por su excelente labor como mano derecha de ZP.
Las elecciones fueron en marzo, dos días antes del tristísimo aniversario de los atentados de Madrid y el resultado fue parejo con el PP de Rajoy que se volvía a quedar a las puertas de la Moncloa. La mayoría parlamentaria se la volvían a dar al PSOE los partidos nacionalistas (PNV, ERC, BNG). Y CiU se quedaba con la miel en los labios al no haber encontrado apoyos para aupar a Mariano presidente. Durán y Mas dimitían arrastrando a Rajoy que fue sustituido por Esperanza Aguirre en un duelo a muerte con Gallardón en las primarias del PP.
De la Vega dirigió con mano de hierro. Algunos ya la llamaban la Thatcher española. Nunca negoció con Eta manteniendo en prisión a toda la cúpula de Batasuna y deteniendo a todos los nuevos cachorros de Eta que se mostraban así por la ‘kale borroca’ y la extorsión a empresarios. Se negó el referéndum de autodeterminación en el País Vasco y se juzgó a Ibarretxe por su intento.
Sin embargo con Cataluña sí parecía haber trato de favor. Se aprobó integro el estatuto por Real Decreto que previamente fue amordazado por el Tribunal Supremo y se dieron nuevas ventajas fiscales e inversiones a una región que por primera vez ya no hablaba de centralismo e independencia.
Parece ser que fue en la Diada cuando surgió el flechazo. Todos los cabezas de lista de la política catalana representada en el Parlamento fueron a festejar su día: el de Cataluña. Y por primera vez en la historia el Presidente de España –en este caso Presidenta- acudía a los festejos. El pueblo catalán asistía absorto ante semejante detalle. Las juventudes de Esquerra que incluso preparaban un recibimiento hostil contra De la Vega cedieron ante tanta clase, educación y cordura. Esto llamó la atención de todos pero en especial de Josep Lluís Carod-Rovira que elegantemente dejaba atrás sus prejuicios para invitar a la Presidenta de España a una comida privada. La cita sería el día siguiente y el lugar el nuevo emplazamiento del clásico Gaig.
La sorpresa de De la Vega fue acudir al almuerzo y encontrase sólo a Carod. Aparentemente sin seguridad privada, con un traje informal, con su escaso pelo engominado, con una botella de cava de Agustí Torelló –el Kripta- y con una flor. Aunque fuera un día después Carod quería honrar ese catalanismo respetuoso de la señora presidenta. Ella se hizo la sorprendida, se sentó y comenzó a halagar al por un día al caballeroso galán. El almuerzo fue largo. Se unió con la cena. Incluso con la madrugada. Los diálogos fueron profundos, auténticos. Se rozaba el clímax. Los camareros dejaron de entrar en aquel reservado ya que empezaron a notar que aquella extraña pareja ya no requería de nada ni de nadie.
Hacia la una de la madrugada Don Josep Lluís advirtió a la presidenta de que el día había tocado a su fin y que debería descansar agradeciéndole la increíble velada. Ella agradeció la propuesta no sin antes sacarse la última carta de la manga.

-Josep Lluís, ¿acaso creías que había olvidado que ayer fue Sant Jordi?
-No. Si por eso viniste.
-Aquí tienes.

Y la presidente sacó un regalo. Se lo dio a Carod que absolutamente obnubilado y tembloroso lo intentaba abrir con el mismo acierto que los niños excitados el día de Reyes.

-Gracias Mª Teresa. Gracias Presidenta. Lo pensaré.

De la Vega se acercó a Carod, se miraron a los ojos y se fundieron en un maravilloso abrazo.

-¿Puedo ya llamarte José Luís?
-Tú puedes llamarme como quieras. Pero que no se entere nadie… por ahora.

Josep Lluís llamó a su chófer y ambos abandonaron el lugar de los hechos y laspalabras. Dicen los curiosos que ambos se fueron a un hotelito en el Tibidabo fuera del alcance de curiosos y periodistas.
Aquella mañana Marc, librero del fastuoso barrio del Borne seguí con sus dudas. Y como cada mañana fue a tomar su café al bar de Pep.

-Que no Pep. Que no es normal.
-Pues yo lo veo muy normal.
-¿Tú crees que es normal que me venga la presidenta del gobierno el día de la Diada y me compre el libro ‘Isabel y Fernando: Los Reyes católicos’?
-Lo habrá hecho para que suban las ventas de ese tipo de libros españolistas en Cataluña.
-¿Te imaginas que era para regalárselo a alguien?
-Venga Marc. ¿Y con qué sentido?
-No en serio Pep. ¿Piénsalo por un momento?
-Sí, ya pienso. Y me imagino que se lo regala al Carod. Y tenemos una guerra civil. ¿Te imaginas al Carod de marido de la De la Vega?
-Si. Y vuelta a empezar. No me jodas hombre.
-El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
-Oye Marc. Y eso qué dicen que Carod es de Aragón.
-Y yo que sé Marc. Y yo que sé.

MARC FERNÁNDEZ DE PABLOS

Era el día. La hora justa. El momento adecuado. Tras la puesta en marcha de la Republica de Cataluña tras el referéndum más polémico que se recuerda. Una feroz campaña pro independencia contrastó con la imposibilidad de los españolistas de poder manifestarse. Agresiones, detenciones y mucha confusión. El resultado: sólo el cincuenta y dos por ciento de la población votó y ese mismo porcentaje se decantó por la vía de la creación de un nuevo país. En pocos minutos la policía nacional que se encontraba acuartelada ante la sucesión de agresiones y falta de poder cerró cuarteles y volvió a España. Una España menor sin Cataluña.

-Mire Sr. Fernández…
-¡Qué no me llame así! Que me llamo Marc.
-Pues en su dni español a usted lo apellidan como Fernández De Pablos.
-¿Y qué tiene que ver? Nací en Cataluña, soy catalán, hablo el catalán y trabajo en el Ramón Llull desde hace cinco años promoviendo la cultura y lengua catalana.
-La verdad es que tiene mucho mérito Sr. Fernández.
-Oiga, respéteme. Por favor. Llámeme Marc. Y le ruego me de esa cita con el Sr. Triola.
-El Sr. Triola no le puede atender. Recuerde que es el nuevo ministro de cultura de la nueva Republica de Cataluña y sus ocupaciones son máximas. La cultura catalana y nuestra nación por fin en el estrellato. En el firmamento… Pues eso, que ahora no atiende a visitas.
-Mire señor. El Sr. Triola y yo llevamos años trabajando conjuntamente en este proyecto. Cuando se confirmó la fecha del referéndum empezamos a gestarlo todo. Conformamos un comité de sabios en donde nos empezamos a repartir los cargos. Y hasta que se puedan celebrar las primeras elecciones generales de Cataluña el Sr. Triola y yo debemos continuar con esto.
-Mire Sr. Fernández. Y a ver si ya de una vez le quedan las cosas claritas. Hace tres días que se proclamó la Republica Catalana y yo estoy aquí ordenando, acreditando y certificando. Y su nombre. Marc Fernández De Pablos, no aparece por ningún lado. Y las listas Sr. Fernández, las firma y autoriza el mismísimo Sr. Ministro de Cultura de la gran Republica de Cataluña, el Sr. Jordi Triola Roure.
-¿Me está diciendo usted a mí que el propio Jordi Triola, que ha trabajado codo con codo conmigo desde hace dos años en todo este proyecto ha sido el que me ha vetado?
-Sr. Fernández, ¿es qué no entiende usted? Llámelo al móvil.
-Me da apagado.
-Ya.
-No puede ser. Esto es un error porque si no sería una altísima traición. ¿Y por qué?

El doce de mayo de 2014 fue el día del referéndum por la autodeterminación de Cataluña. El hostigamiento fue absoluto hacia inmigrantes y presuntos españolistas. Se cree que desde que se anunció la consulta hasta la fecha del mismo medio millón de españoles salieron de Cataluña contra su voluntad. Se les asfixiaba negándoles trabajo, marginándolos socialmente y anulándoles los contratos de alquiler de viviendas.
Marc Fernández De Pablos, catalanista hasta la médula fue separado tras conseguir la secesión del proyecto destinado a dirigir el primer ministerio de cultura de la nación catalana. La razón: los nuevos dirigentes nacionales querían pureza de apellidos. Y los padres de Marc eran de Zamora y Teruel. Muchos como Marc que lucharon contra España y por una Cataluña libre sufrieron el mismo tipo de desprecio.
Marc el cual no era querido en España paso a vivir en un limbo social que le obligó a dejarlo todo e irse a empezar una nueva vida en China. No fue el único. Muchos catalanistas con apellidos castellanos, árabes o europeos fueron bloqueados para cargos públicos o de importancia. Se estaba creando a la vez de la nación catalana las clases sociales.

LOS PÁJAROS DISPARAN A LAS ESCOPETAS (¿DÓNDE ESTÁN LAS BALAS?)

Llevo desde hace años escuchando la monserga de ciertos políticos catalanes -básicamente los que creen que son una nación- que disparan con escasa gracia al resto del país basando su ira de parvulario en la supuestamente injusta financiación estatal que no da más al que dice que da más.
Según esta parte de los catalanes la comunidad autónoma que más genere debe ser la que más reciba. No sé lo que pensarán de esto los ilerdenses ya que si algún día Cataluña es un país ellos serán los más abandonados sepultados bajo este gracioso sistema de financiación que los de la senyera estelada creen que es el correcto que arranca de una profunda y manifiesta insolidaridad. Por eso regla de tres, Barcelona se llevará todo y Lérida, Gerona y Tarragona tendrán que joderse como ahora Extremadura y Castilla-La Mancha ya que “no generan lo que deben”. El capitalismo del punch de Partagás defiende exactamente lo mismo: para el empresario explotador que factura millones de euros más y para el mileurista una cesta de navidad con turrón duro del Caprabo y del blando -ya endurecido por ser de la cosecha pasada- del Día.
Cataluña hoy es supuestamente un feto de nación que entre sus presupuestos locales promueve millonarias partidas para el cine porno –si es en catalán- o para ferias del libro internacionales –aunque en Francfort nadie se interesara por los sectariamente elegidos escritores en ‘la nostra llengua’-.
Tan cansinamente han proyectado su queja estos Paco Martínez Soria de Cataluña que uno acaba por tener hartazgo. Lo peor, otros que de tanto martilleo acaban por creérselo. Y lo delirante, la cantidad de extremeños y castellanos que se ponen ese pijama xenófobo para ir al bar de Santa Coloma de Gramanet a jugar al dominó descargando su flema contra “este centralismo que tanto jode a Cataluña”. “¿Para qué querrán autopistas en Asturias?”, piensan algunos domesticados de procedencia castellana.
Tuvimos tángana con el dichoso trasvase del Ebro. Los de la boina atornillada dijeron todo tipo de sandeces y ZP reculó defendiendo el que cada uno se busque su agua. Y han pasado pocos años y ahora resulta que a la tortilla –española, por supuesto- se le ha dado la vuelta. Y de este cambio de tercio divino resulta que se tendrá que embarcar agua de la desaladora de Carboneras para abastecer a una comunidad catalana con futuro sediento ante tanta sequía ya que los embalses están como las cabezas de algunos: al ocho por ciento de su capacidad. Porque lo de rezar para que llueva no es considerado progresista entre la manada de hienas con coche oficial por cuenta de Madrid, ¡qué eso si que viene de ahí!
Ya quiero ver duchándose con agua española del desierto de Almería a Carod, ese personaje que chulescamente sacó a ese enfermo que lleva dentro para decir que no quería olimpiadas para Madrid. O a ese Ridau que promulga al empresariado catalán “a no invertir en territorio español” lavarse los dientes con agua del Reino. Y a Puigcercos ponerse esos trajes ceñidos lavados con agua bendita con los que intenta esquivar su obesidad clamorosa.
El mundo se ha vuelto loco… ¿O no? Los pájaros disparando a las escopetas y las balas poniendo sus pinreles en remojo… y no precisamente con aguas del manantial de Viladrau.

JOSÉ LUIS Y JOAN CARLES

A Pepe Luis Carod-Rovira es difícil encontrarle una coz con fundamento. Y a decir verdad la señora pucelana que osó españolizar su nombre en ese programa de TVE que intenta sorprender pero que es previsible como el agua que sale del grifo metió la pata. Carod se llama Josep Lluís aquí y en Pekín, como bramaba el lider de esquerra, de ascendencia aragonesa. De la misma manera que John no es Juan por vivir en Ávila, ni Julio es Giulio por residir en Verona. Rompo la primera lanza por este político el cual bastantes veces parece que tiene una boina enroscada a su cabeza (Gistau dixit).
Lo que sorprende, molesta, afecta y enciende es la defensa a ultranza que hace el gobierno de Carod de catalanizar todo lo que huela a español, incluidos los nombres propios, esos que tanto afectaron a Josep Lluís el día que fue José Luis por un minuto.
Zaragoza es Saragossa, Cádiz pasa a llamarse Cadis, Teruel se transforma en Terol y la pirenaica Huesca es Osca. Son sólo algunos ejemplos de la pésima intención con la que la Generalitat rebautiza a ciudades que no están bajo su territorio autonómico.
En el plano deportivo el socavón es aún de mayor envergadura. Aprovechándose de un público generalmente plano se adoctrina al espectador en los siguientes términos: Reial Madrid por Real Madrid, Vila-Real por Villarreal, Castelló por Castellón, Elx por Elche, Reial Societat por Real Sociedad y voy a parar para no transformar estas líneas en una crónica deportiva de TV3. Los afectados que lean esto estarán ya deseando responderme y corregirme ya que Vila-Real, Castelló y Elx son topónimos correctos en la lengua valenciana. Y ahí es donde está el error ya que los equipos de fútbol tienen nombres propios indiferentemente de cómo se llame su pueblo o ciudad. Ahí está el Xerez que en castellano antiguo da nombre al equipo de la ciudad de Jerez de la Frontera y no ha llegado ningún mamón periodista o de la academia de la lengua a decir como se tiene que llamar al equipo. O el Atlético Villacarlos del pueblo menorquín de Es Castell. O si no que traduzcan Hércules o pongan directamente Alacant rebautizando al club mediterráneo con esa escasa gracia inquisidora que se dan los curillas deportivos catalanistas.
Otro caso flagrante es el de Juan Carlos Navarro, hoy en la NBA. Su dni marca un nombre en español pero para ciertos medios luchadores de la causa es Joan Carles. ¿No es el mismo caso exactamente del que se quejó Carod? Como aclaración ver que en los Estados Unidos es Juan Carlos cuando podía haber sido Joan Carles. Ahí tienen a Gasol que es Pau.
Pero el colmo del cinismo enfermizo es ver como ciertas calles, plazas y paseos de Barcelona se llaman de Joan Carles I y de Joan Carles de Borbó en referencia a nuestro Rey el cual siempre, como Carod-Rovira, se ha llamado igual en La Zarzuela que en el Machupichu.
Pero no pasa nada ya que aunque unos escriban Lleida por Lérida y Girona por Gerona para no molestar siempre serán fachas casposos. Mientras que los que cambian al catalán los nombres españoles son unos aperturistas, progresistas y en algunos casos unos iluminados, ¿verdad José Luis?

¿DE DÓNDE ERA COLÓN?

En estos tiempos que corren tan modernos e innovadores se puede llegar a demostrar analizando una muela de, por ejemplo, Tutankhamon, si este era adicto al azúcar –se hinchaba a palotes- o si se ponía cada mañana de sol y sombra. Incluso por una huella fosilizada del paleolítico podemos saber si aquel dinosaurio tenía un callo en su meñique izquierdo o según la fuerza al pisar, si era anémico.
Tremendos avances en investigación que se chocan de bruces con algo tan en teoría simple como es demostrar de donde era Colón, el descubridor de América. Los italianos del norte dicen que era genovés, algunos del sur que era siciliano, Pepe Luis Carod que era de la eixemple y ya hasta llegan voces de que era ibicenco. Muchas procedencias para un mismo hombre. Y muchas preocupaciones por hacerse con su partida de nacimiento. Suerte tuvo de descubrir América que si llega a ser un humilde campesino del melocotón de agua leridano poco les iba a importar a todos estos políticos saca créditos si era o no de su pueblo.
Pero yo quiero aportar mi granito de arena a este alud para ver si ya de una santa vez nos volvemos todos locos. Nadie cayó en el detalle clave. El vendió su proyecto de descubrir América. ¿Y cómo sospechaba que existía aquel continente? Muy fácil. Cristóbal Colón era cubano y su madre era una santera muy conocida que tras una sesión de espiritismo dijo que veía un futuro muy oscuro para Cuba. Que un tipo en chándal que fumaba puros iba a dirigir cual coche choque de feria de verano los designios de la isla. Así que convenció a Colón para que fuera el primer balsero cubano de la historia.
Y ante la falta de astilleros y diques secos decidió el mismo construirse una barcaza con la sana intención de llegar a Miami. Pero el huracán ‘Juanita’ pudo con él. Sin pronosticadores del tiempo y con ola de diez metros Cristóbal y su barca ya de harapos llegaron a Winchester, sur de Inglaterra. Eran las tres de la tarde y domingo. Colón deambuló por unas calles vacías. Intentó hablar con la escasa gente que encontró a su paso y todos le evitaron. Así que hizo lo único que había realizado en el último mes: navegar. Siguió un maravilloso olor a mejillones que le condujo por una cuesta abajo hasta el puerto de la ciudad de donde salía un barco hacia España. Y allí se apeó.
Los españoles, más sociables que los británicos, construían un imperio que daría que hablar. Y aprovechando el tirón económico y de poderío se ofreció al poder colaborando en el crecimiento del proyecto nacional. Convenció a todos de que cruzando el atlántico estaba América. La inversión fue concedida y Cristóbal Colón, el cubano, embaucó a todos con la excusa del Imperio para volver a su casa. Para conseguir su billete de vuelta gratis.
De ahí viene que todos piensen que Colón es de su pueblo ya que él nunca pudo decir que venía de América ya que el fraude hubiera sido de órdago. Por lo tanto lo que realmente descubrió Colón fue Europa –para el continente americano- pero le dio la vuelta a la tortilla con el arte con el que Carod-Rovira tergiversa las cosas dictando que es el bien y cual el mal con argumentos, poses y manipulaciones que me recuerdan al hombre del chándal, ese por el que huyó Cristóbal Colón.

CAROD Y 'PÚBLICO'

Hoy ya es día de San Esteban, festividad en Cataluña, que para algunos macacos de ideas cejijuntas (Gistau dixit) es otro evidente hecho diferenciador que les separa de España. Italia, nación de las de verdad, también celebra este santoral de manera especial y no se les ha ocurrido solicitar estar en otro escalafón con respecto a España, ese país casposo que sigue siendo la primera potencia mundial en turismo. Y como es bien sabido a la gente con posibilidades de gastar, conocer y divertirse lo primero que buscan a la hora de vacacionar es la caspa.
Y bebiendo una botella de cava (digno trepat de las bodegas Oriol Rossell) me apresuro a escribir tras leer la entrevista (?) que el nuevo diario (?) ‘Público’ realiza a Josep Lluís Carod Rovira, estandarte del odio a lo supuestamente diferenciador. Si viene de España.
Lo primero sería resaltar que hubieran resultado más profundas y polémicas las preguntas si se las hubiera realizado el propio Puigcercos. Los entrevistadores –lo firman dos- se mueven con escasa inteligencia y parecen adular al personaje el cual, por cierto, sale fotografiado con un traje que sinceramente le pega poco. Una boina y un chaleco de cabrero sería sin duda lo que debería llevar este astuto libertario con coche oficial que curiosamente reniega del estado que es el que le lleva cada día de su casa a la oficina y demás lugares insospechados para mi.
Los redactores, el corrector de textos y los responsables si los hubiera pasan por alto la catalanización de la preposición ‘desde’ que aquí -y por dos veces- pasa a ser ‘des de’. O el llamar ‘Perpinyà’ a Perpignan (Perpiñán en castellano) cuando la entrevista está íntegramente redactada en español.
Carod da escasas muestras de inteligencia y por ello en mitad del publirreportaje se descuelga con un dato que nadie había osado preguntarle. El ex aragonés informa que es filólogo como queriendo justificar que sus coces llevan título. Y por la misma regla de tres quiero pensar que se sacó la carrera con un cinco raspado ya que no informa el vanidoso de la nota. Sin duda, para dar más énfasis a su persona este hombre se hubiera descolgado con un “como filólogo y de los de matrícula…” para contestar a una de las preguntas masturbadoras con las que le obsequiaban los futuros Premios Nóbel de Literatura.
Otro momento épico de la pseudo-entrevista es cuando en la presentación del personaje esgrimen ya piropos chabacanos y falsarios en donde resaltan el éxito (?) de la Feria de Frankfurt. Éxito para las metes nazis ya que consiguieron que los escritores catalanes que no escriben en catalán no pudieran representar a la cultura catalana aunque si se sintieran de allí.
También resalta Carod una angina de pecho que al parecer le dio tras la presión general tras su dignísima y honrosa entrevista con ETA para que no mataran en Cataluña. Evidentemente, siempre es mejor eso a que te amputen las piernas, te vuelen la tapa de los sesos o secuestren a tu padre.
Le molesta también el supuesto nacionalismo español que osa llamar AVE, con la última sigla por España, a los trenes que aún no llegan –y esto si que es una queja más que justificada- a Cataluña. Seguramente le parecerá mejor que un club de fútbol con peñas por toda España y parte del mundo sea la identidad, imagen y bandera de esa nación imaginaria llamada Cataluña que para los más lanzados es ‘Païssos Catalans’. Sin pasar por alto uno de los miles de ejemplos que podría poner sobre lo de esgrimir lo catalán en sus bienes. Sin ir más lejos el ‘Ferrocat’ toma este nombre coloquial de ‘Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya’ que según parece no anda muy lejos de ‘Alta Velocidad Española’. Pero como el ya no va en tren y si en coche oficial –y con escolta aunque sea amigo de los etarras- olvida este dato clave que desenmascara al personaje en cuestión.
Gracias debe dar Carod del escaso nivel cultural que asola este país –en Cataluña según un reciente estudio están a la cabeza de España en fracaso escolar- ya que su verborrea pueblerina secundada por estos redactores de senyera incrustada le ayudan a crear ese personaje de supuesto éxito.
Y a ‘Público’ darle la enhorabuena por colaborar con el descenso cultural de este país que por mucho que les pese a algunos sigue siendo eso, un país.